Skip to main content

Consejo Editorial atina

Sigue resultando una paradoja que la cultura de seguros no sea verdaderamente relevante en nuestra sociedad actual, y más en los países en los que los sistemas de seguridad social de salud no son lo suficientemente evolucionados y acordes con sus realidades sociales. Mientras otros elementos sí son relevantes, o si se introducen de manera más fácil en la vida cotidiana de las personas como, por ejemplo, la tecnología aplicada a la comunicación para informar y entretener, o los aplicativos de la banca y pagos electrónicos, lo relativo a la salud-que es un valor imponderable-va quedando para un buen grupo demográfico, atrás. Es cierto que en el caso de las aplicaciones-para comunicación y banca-son desarrollossofisticados que no implican grandes presupuestos para hacerlos, y luego de estar listos pueden ser distribuidos a bajo costo o sin costo para los usuarios, también es cierto que cuando hablamos de seguros, es otra cosa.

Accesibilidad de las pólizas de seguro

Los seguros como productos tradicionales de una sub-industria de la industria de servicios financieros, son de igual manera importantes, y sus costos, o la idea de éstos para accedera las pólizas de seguros, es algo que de alguna manera no acerca a las personas a entrar a este mundo. Y es que sucede con la cultura de seguros y su acceso, un poco como con el mundo del mercado de capitales y bolsas de valores, que hay una resistencia a la entrada,muchas veces más por desconocimiento, que por temas económicos o de presupuesto, con la diferencia que, en los mercados capitales, éstos potencian lo aspiracional, mientras que para los seguros, pareciera no activarse tanto el aspiracional de estar protegido y tener bienestar.

Cuando hablamos de seguros, es sin duda un tema cultural: un asunto de planificación, y de mitigación de riesgos individuales, familiares o colectivos.En este mundo de los seguros, el tema de conocerlo y profundizar acerca de él es posible,con puertas muy abiertas, llenas de contenidos que vienen de fuentes legítimas, como lo son las aseguradoras, los intermediarios (Sociedades de Corretaje), los especialistas en estrategia, planificación y finanzas, y los medios de comunicación.Y uno de los primeros hallazgos, es que esta sub-industria, está más cerca de todos de lo que pensamos y por ello es accesible en la dimensión del conocimiento y accesible en la dimensión del dinero necesario para entrar a ella. De esta manera confirmamos que los seguros en dólares de los Estados Unidos de América son accesibles en Venezuela y en otras partes del mundo, puesto que el mercado pone a disposición un sin número de productos(Soluciones de seguros), en una mezcla de tradicionales e innovadores, que se adaptan a las necesidades de las personas, familias y colectivos.

El mito de los altos costos y fraccionamiento de pagos

Otro de los hallazgos, que es un tangible, es el tema del costo, o de cuánto se debe disponer para adquirir una póliza de seguros, y qué monto está dentro de las capacidades adquisitivas posibles del interesado. En realidad, no todas las pólizas de seguros-sus primas-son tan altas como para no poder llegar a ellas, y por ende no tener un seguro, es decir, no todos los costos son tan altos como muchos piensan. El monto del costo, que es la prima,dependerá de variables tales como: tipo de empresa, tipo de riesgo, cobertura monetaria del riesgo que va a asumir la aseguradora, la edad, el género, y en general de las condiciones de lo que será objeto de asegurar, en el caso de las personas, su condición de salud, por ejemplo. Entonces vemos que encontraremos en la actualidad y dentro de las particularidades, muchas opciones de seguros accesibles, dejando sin fuerza el mito de que,para tener un seguro, hay que tener mucho dinero, porque es muy alto el precio que hay que pagar.

Adicionalmente, y para acercarnos más al aspiracional de poder tener una póliza de seguros,el mercado ha traído un elemento que impulsa la contratación de éstas, y no es más que la posibilidad que la prima, pueda ser pagada en partes, es decir de manera fraccionada,apoyando a los clientes en su flujo de caja. Hacemos la salvedad y resaltamos que son pagos fraccionados y no un financiamiento tradicional, por lo que no hay intereses de por medio,es sencillamente la apertura de poder pagar por partes, sin que esto implique un costo adicional para el cliente. Otro motor para animar a los potenciales clientes a dejar de serlos,y poder estar asegurados desde el primer momento del primer pago.

Los seguros: una partida dentro del presupuesto

Por último, y no es un hallazgo, sino una recomendación como asesores de seguros, es que una vez preparados para entrar, o ya hecha la entrada o inmersos en la cultura de los seguros, éstos sean una partida mandatoria incluida en un presupuesto de las familias, así como lo hacen las empresas para sus colectivos, patrimonios y transporte. De la misma forma como las empresas tienen sus presupuestos para su operación y gestión, las familias también los deben tener.

Pero observamos con atención cómo independientemente de su posición económica, un considerable número de familias o cabezas de familias no elaboran y documentan un presupuesto familiar, aunque tienen la idea de ingresos, gastos, y de las previsiones para las contingencias. Un cambio favorable, es hacer justo lo que estamos recomendando,elaborar un presupuesto, que además tenga esta partida de seguros, y dentro de esta los seguros de salud, de vehículos, y de hogar, por ejemplo. Esta herramienta-el presupuesto-, permitirá la optimización de la relación ingresos-egresos,dará lugar a ahorros y de esta forma aumentará los montos para seguros, es decir, hará más visible dónde reubicar parte del presupuesto para los seguros.

Un tratamiento como el mencionado, hace que el costo del seguro sea visto en su verdadera concepción, como una inversión estratégica planificada para la mitigación de riesgos, un dinero para poder afrontar los riesgos, cambios, proteger el patrimonio, brindar y construir bienestar.