“Eso no me va a pasar a mí…
Parece que las cosas negativas sólo les suceden a los despistados, a los tontos o
sencillamente a quien tiene mala suerte… pero no a nosotros…
Sin embargo, sabemos que esa historia no es cierta. Las dificultades nos suceden sobre todo
a los seres humanos quienes nos damos con la misma piedra más de una vez.
Ser conscientes del riesgo en nuestras vidas es clave. Pero riesgo y miedo, no son la misma
cosa. El riesgo es efectivamente la posibilidad de que algo ocurra y el miedo es una emoción
básica que nos advierte de peligros.
Reconocer ambos es vital para poder protegernos. En ese sentido no se trata de vivir
aterrados, sino de prepararnos para poder disfrutar plenamente de la vida”.
Abel Saraiba, para atina
@abelsaraiba
Es muy fácil pensar que estamos libres de cualquier riesgo, y aunque dicen por ahí que la ignorancia equivale a la felicidad, para vivir una vida plena y segura, es necesario tener en cuenta el riesgo de nuestras acciones, y que además está presente en todo momento.
Esto no significa que debemos dejar de vivir experiencias significativas, al contrario, significa que debemos cultivar la consciencia y la gratitud en cada momento. Y entender que el miedo y el riesgo pueden ser factores negativos, pero también pueden ser nuestros grandes aliados en la toma de decisiones, en la evaluación de opciones e, incluso, en la búsqueda de los objetivos.
Cuando entendemos el miedo, no como una barrera, sino como una emoción que busca mantenernos a salvo, somos capaces de usarlo a nuestro favor, ayudándonos a analizar el peligro presente y a evitarlo cuando es necesario.
La próxima vez que pienses “eso no me va a pasar a mí”, considera que a todos nos puede pasar algo negativo. Puede ser una fuente de estrés o de aprendizaje, tenemos el poder de decidir.
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