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Aunque en muchas ocasiones ponemos valor a los grandes eventos en nuestra vida, son las pequeñas decisiones de todos los días la que nos acercan a cumplir nuestras metas.

Cuando pensamos en lograr un objetivo, algunos piensan que tienen que lograr todo desde el momento 0 e, incluso, piensan que una acción mínima puede retrasarlos en el logro de estos objetivos. Sin embargo, nuestro psicólogo experto, Abel Saraiba, nos comenta que es la acumulación de las acciones pequeñas y consistentes las que hacen que a largo plazo cumplamos la meta que nos hemos pautado.

Él nos da el ejemplo de la pérdida de peso: una persona no sube de peso cuando come un postre, sino cuando el postre se convierte en rutina y se vive el exceso como la normalidad. Una comida sana, aunque mejor que nada, no va a salvar tu salud. Es la acumulación de decisiones sanas las que te ayudan a vivir un estilo de vida consecuente con tus metas.

Pasa lo mismo, por ejemplo, si tu meta es correr un maratón. No es el correr quince kilómetros un solo día lo que te va a preparar a lograr los 42 del maratón. Es establecer una práctica constante, e ir aumentando poco a poco la distancia, lo que te va a ayudar a tener éxito en el evento.

Abel nos cuenta:

La importancia de las pequeñas decisiones

Estas pequeñas decisiones, cuando las ponemos en práctica de manera rutinaria, se convierten en hábitos poderosos y claves para ayudarnos a tener la vida que queremos.

Y decidir llevar a cabo estas acciones, que muchas veces no parecen tener un impacto por sí solas, porque sabemos que nos hacen bien, es el mejor acto de autocuidado.